Los mitos más peligrosos sobre terremotos que debes dejar de creer
Los terremotos son eventos naturales impredecibles que pueden causar devastación en cuestión de segundos. Sin embargo, a lo largo de los años, han surgido numerosos mitos sobre cómo prepararse y reaccionar ante estos desastres. Algunos de estos mitos pueden ser peligrosos, ya que inducen a comportamientos que no solo son inútiles, sino que también pueden poner en riesgo la vida de las personas. Es crucial desmentir estas creencias falsas y proporcionar información precisa que pueda ayudar a las personas a estar mejor preparadas.
Uno de los mitos más comunes es que durante un terremoto, se debe correr hacia el marco de una puerta. Esta creencia se originó en el pasado, cuando las casas estaban construidas con materiales más débiles y los marcos de las puertas eran, a menudo, la parte más resistente de la estructura. Sin embargo, los edificios modernos no están diseñados de la misma manera, y es mucho más seguro refugiarse bajo una mesa sólida o un mueble resistente que pueda protegerte de los escombros que caen. Correr hacia una puerta puede exponerte a más peligros, ya que podrías tropezar o ser golpeado por objetos que caen.
Otro mito popular es que si te encuentras en un automóvil durante un terremoto, debes salir del vehículo inmediatamente. La realidad es que quedarse dentro del coche suele ser la opción más segura. Los vehículos están diseñados para absorber el impacto, y al quedarte dentro, estás protegido de los escombros y otros peligros. Lo mejor es estacionar en un área abierta, lejos de edificios, árboles y líneas eléctricas, y permanecer en el coche hasta que el temblor haya pasado.
También se ha difundido la idea de que los animales pueden predecir terremotos. Aunque es cierto que los animales pueden mostrar comportamientos inusuales antes de un desastre natural, no hay evidencia científica que respalde la idea de que puedan predecir de manera fiable un terremoto. Confiar en que tu mascota te alertará de un temblor puede llevar a una falsa sensación de seguridad, y es mejor centrarse en preparaciones más prácticas.
Un mito especialmente peligroso es que durante un terremoto, debes salir corriendo del edificio en el que te encuentras. En realidad, la mayoría de las lesiones ocurren cuando las personas intentan moverse durante el temblor. Es mucho más seguro quedarse en el lugar, cubrirse bajo un mueble resistente y sujetarse hasta que el movimiento se detenga. Salir corriendo puede exponerte a escombros que caen, vidrios rotos y otros peligros en el exterior.
Algunas personas también creen que los terremotos se pueden predecir con precisión. Aunque los científicos han hecho avances en la comprensión de dónde es probable que ocurran los terremotos, no existe una manera efectiva de predecir cuándo sucederán. La mejor estrategia es estar siempre preparado, lo que incluye tener un plan de emergencia y suministros esenciales listos en todo momento.
Un mito relacionado es que solo las áreas cercanas a fallas sísmicas importantes, como la falla de San Andrés, están en riesgo. La realidad es que los terremotos pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo, y muchas áreas sin antecedentes de actividad sísmica han sido sorprendidas por temblores significativos. Por lo tanto, es importante que todos, independientemente de su ubicación, estén preparados para la posibilidad de un terremoto.
Finalmente, hay una idea errónea de que los terremotos pequeños alivian la presión y reducen la probabilidad de un terremoto mayor. Aunque es cierto que los sismos pequeños pueden liberar algo de energía, no existe una correlación directa que indique que ocurrirán menos terremotos grandes. De hecho, algunos pequeños temblores pueden ser precursores de eventos más grandes, conocidos como réplicas.
En resumen, es vital dejar de lado estos mitos y centrarse en estrategias de preparación y respuesta que estén respaldadas por la ciencia. Conocer la verdad sobre los terremotos puede marcar la diferencia entre la seguridad y el peligro, y es responsabilidad de cada individuo estar informado y listo para actuar de manera adecuada.
